Adicción a la pornografía

La adicción a la pornografía es una de las manifestaciones de la adicción al sexo e hipersexualidad, aunque puede existir como comportamiento único y separado de otras manifestaciones sexuales. Es más frecuente en hombres que en mujeres, entre edades que van desde la adolescencia hasta la madurez. Se ha observado como en los últimos años su frecuencia ha ascendido progresivamente tanto entre hombres como entre mujeres, ensanchándose el rango de edad.

Se caracteriza por la necesidad compulsiva de acceder con frecuencia a medios y plataformas con contenidos sexuales explícitos (películas porno, fotos) normalmente on-line mediante ordenadores, tablets o teléfonos móviles. Suele ser una actividad solitaria, aunque el uso de pornografía como tal puede darse también dentro de la pareja como estímulo sexual.

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¿Qué síntomas y manifestaciones presenta la adicción a la pornografía?

Habitualmente la adicción a la pornografía se manifiesta habitualmente a través de:

  •  Necesidad constante de conectarse o acceder a contenidos pornográficos.
  •  Inversión de tiempo excesiva, muchas horas.
  •  Interferencia del sueño y otras actividades cotidianas.
  •  Urgencia, no se piensa en otra cosa, pensamientos rumiantes y obsesivos.
  •  Gasto económico excesivo, cuando se accede a contenidos de pago.
  •  Tensión creciente que solo se alivia mediante la masturbación.
  •  Inquietud, nerviosismo y abstinencia cuando se no puede acceder a contenidos sexuales.
¿Cuáles son las causas de la adicción a la pornografía?

La adicción a la pornografía se relaciona con la adicción al sexo, es una de sus manifestaciones, aunque puede darse por separado. Como en otras adicciones, la adicción a la pornografía nace de la necesidad de aliviar una tensión que solo se calma con la masturbación frente a contenidos sexuales. Esto implica personalidades inquietas, ansiosas e impulsivas que gustan y necesitan de nuevas sensaciones para equilibrar sus estados de ánimo. También es frecuente en personas con problemas en las relaciones sociales, con fobia social, depresivas o con antecedentes de situaciones traumáticas anteriores.

En general, el consumo de pornografía se relaciona inversamente con el grado de satisfacción vital personal. Así, cuanta más inquietud, sensación de soledad, estrés, frustración, aburrimiento, fracaso o tristeza, mayor es la necesidad de consumir porno. Este comportamiento actuaría como un medio equilibrador del humor y de la satisfacción personal. El problema surge cuando estas sensaciones son frecuentes, lo que lleva a utilizar la pornografía como recurso constante.

¿Cuáles son las consecuencias de la adicción a la pornografía?

La adicción a la pornografía puede darse en el contexto de otras adicciones, como el sexo, el alcohol o las drogas. Esto en sí mismo indica la posibilidad de graves interferencias en la vida cotidiana.

Sin embargo, una de las principales consecuencias negativas son los problemas con las relaciones estables de pareja, cuando existen. En este caso suele observarse un progresivo distanciamiento que puede llevar a una ruptura. Poco a poco las relaciones sexuales reales acaban siendo sustituidas por la pornografía, lo que puede dar lugar en hombres a disfunciones eréctiles inducidas por el porno.

Igualmente, a nivel social, se ha observado también que el creciente consumo y fácil accesibilidad a la pornografía en edades tempranas puede desembocar en comportamientos antisociales, abusos sexuales y violaciones.

EL PELIGRO DE BAJARSE PELICULAS PORNO

Francisco, uno de nuestros pacientes, tuvo un problema legal. Fue detenido por haberse bajado películas de porno infantil. Realmente Francisco siempre tuvo una gran hipersexualidad y se hizo adicto a la pornografía desde que desarrolló un problema cardiaco que no le permitía relaciones sexuales reales. Tenía 65 años, estaba casado y su mujer conocía su adicción, que le permitía dado que ella tampoco tenía gran interés por el sexo.

Dado que estaba jubilado, invertía gran cantidad de tiempo frente a la pantalla del ordenador bajándose todo tipo de contenidos sexuales sin apenas discriminarlos. De hecho dejaba el ordenador por la noche descargando películas que luego guardaba sin haberlas revisado antes. Tenía mucho tiempo, se aburría, y el porno le había permitido no solo dar salida a su sexualidad sino combatir el aburrimiento. Sin embargo, una mañana se presentó la policía en su domicilio con una orden de detención por consumo y distribución de pornografía infantil. Para su sorpresa, entre todas las películas porno que había bajado sin seleccionar, se encontraban contenidos porno infantiles. Francisco nunca ha mostrado interés ni atracción por el sexo infantil.

Tratamiento de la adicción a la pornografía

Las frecuentes noticias en los medios de comunicación de abusos y violaciones nos indican que el abuso de pornografía es un problema en auge. Igualmente, las relaciones sexuales entre jóvenes están cada vez más mediatizadas por los comportamientos observados en los contenidos pornográficos.

En general, el tratamiento de la adicción a la pornografía, dependiendo de su naturaleza, puede implicar una combinación de ayuda médica, abordaje psicológico o ambos. En el primer caso, nos encontramos con una adicción muy fuerte que requiere de la ayuda de un tratamiento farmacológico que permita controlar la impulsividad e inquietud que llevan al consumo de pornografía.

El tratamiento psicológico, por otra parte, se basa en una psicoterapia individual, que frecuentemente puede incrementarse su eficacia con una terapia de grupo específica de este tipo de adicciones. Adicionalmente, son útiles dentro de la psicoterapia recursos y técnicas como el EMDR o el Brainspotting.

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