El mundo laboral se encuentra lleno de nuevos retos y dificultades profesionales y, al mismo tiempo, de oportunidades. Cambios departamentales, de empresa, ascensos, nuevos objetivos o planteamientos profesionales pueden ser constantes. Pero, al mismo tiempo, tampoco son menores las dificultades, como los despidos, el mobbing, los enfrentamientos o la inadaptación al puesto de trabajo o entorno laboral.
Los nuevos retos profesionales
Es muy dificil mantener una buena estabilidad psicológica sin que el trabajo se encuentre integrado como parte activa y satisfactoria de la vida personal. Por ello es importante tratar hacer de la profesión algo estimulante y capaz de motivar.
Así, el establecimiento constante de retos es una necesidad que da sentido a tantas horas de trabajo. Buscar un ascenso, cambiar de trabajo o de objetivo laboral, emprender una nueva aventura profesional, romper con lo que no gusta, son necesidades básicas en la satisfacción vital personal. Pero también es vital saber dar al trabajo el tiempo que le corresponde, compatibilizarlo con áreas personales como el ocio, el contacto social y familiar.
La vida no es una línea recta en donde siempre debamos hacer lo mismo, estar con las mismas personas o tener el mismo trabajo u ocupación. Nadie nos obliga a hacerlo si no es lo que queremos. Hay que dejar atrás los estereotipos que parecen elogiar al estable o a quien ‘tiene las ideas claras’. Es decir, quien apenas mueve nada en su vida, siempre hace lo mismo. Hoy en día sabemos que la ausencia de cambios se relaciona negativamente con la satisfacción personal, con la felicidad.
Con mucha frecuencia dicha ausencia se debe al miedo. No es fácil para muchas personas dar un nuevo rumbo, por ejemplo, profesional a sus vidas cuando el trabajo deja de motivarles o les aburre. Y tampoco es fácil hacerlo tras un despido inesperado y a una edad que se considera comprometida. Y, sin embargo, estamos psicológicamente diseñados para innovar y cambiar. Buscar, por lo tanto, nuevos rumbos y alternativas laborales no solo es posible como seres humanos sino necesario para la supervivencia personal.
Las dificultades profesionales
Existe un auténtico potencial de dificultades en el ámbito laboral. Desde las propias limitaciones personales en relación al contexto o puesto de trabajo a los problemas inherentes a la empresa o dirección. En el primer caso se encuentra la falta de autoestima o la inseguridad personal, mientras que cuando las dificultades tienen que ver con el propio de trabajo o con la empresa, tendríamos el estrés laboral, la desmotivación o el mobbing.
En todos estos casos, síntomas como la ansiedad, la depresión, el insomnio o el abuso de alcohol, tranquilizantes o de otras sustancias suelen ser el aviso, la expresión habitual de que algo no anda bien, y motivo de consulta psicológica. Su origen suele ser una falta de habilidades personales y profesionales que hacen difícil el afrontamiento y cambio.
Algunos consejos
Dentro de los retos y dificultades profesionales, llevar a cabo un trabajo rutinario o que no gusta durante mucho tiempo tiene un coste psicológico y, a veces físico, expresado en desmotivación, apatía, a veces depresión, así como en síntomas psicosomáticos variados.
Hay que saber adaptarse a los trabajos, hay que procurar motivarse e ilusionarse con lo que se hace sin llegar al extremo de considerarlo objetivo primordial en la vida, como en el caso de las adicciones laborales. Deben buscarse competencias y habilidades personales para un mejor desempeño así como ayuda psicológica cuando la ansiedad o la inseguridad entorpecen un normal desempeño. Y al mismo tiempo no hay que temer a los cambios. Innovarse y cambiar siempre es posible y necesario.