Artículo publicado en El Publicista con el título: ‘¿Eres un buscador de sensaciones?, ¿o no?’. Noviembre, 2019.
Las emociones sin duda son el motor de la vida. Sin ellas nuestro horizonte se desvanecería, perdería todo su sentido. Sirven para acercarnos a lo que nos gusta y evitar, defendernos, de lo que nos molesta o nos pone en peligro. Sin ellas nuestra existencia sería una línea recta sin recovecos ni altibajos. Todo aburrido, previsible.
¿Quién es el buscador de sensaciones?
Existe, en este sentido, un particular estilo de personalidad: El buscador de sensaciones. Se trata de un individuo singular que sale al encuentro de las emociones, las busca, se expone y juega. Es algo así como un cazador de experiencias, de novedades, casi siempre al límite. Le gusta vivir la vida, en el sentido más puro de la expresión. Busca la aventura, se expone; no concibe la quietud o la calma, no se conforma. Su peor enemigo es el aburrimiento o la desidia, que le persiguen como una maldición. Ansía las emociones fuertes, no concibe la existencia sin ellas; lo suyo son las apuestas, las actividades extremas. Correr riesgos es su obsesión. Se hace con una buena zona de confort donde tener cubiertas sus expectativas básicas, y a partir de ahí… se lanza casi sin mirar.
La personalidad del buscador de sensaciones
El buscador de sensaciones es una personalidad descrita en los años 70 por el psicólogo M. Zuckerman. Se trata de personas que necesitan constantemente de emociones y sensaciones nuevas para estar bien, para vivir. Son nerviosas e impulsivas. Siempre tienen que estar haciendo algo interesante, necesitan experimentar variadas y difíciles situaciones en donde los riesgos físicos, sociales o laborales constituyen el eje de su existencia. Inconformistas, gustan de lo fuerte, de experiencias poco convencionales. No soportan una tarde de domingo en casa, siempre hay alternativas más interesantes. Y tampoco pretenden presumir en las redes sociales. Son coleccionistas de experiencias.
En lo social, son personas admiradas, intrépidas, creativas, con un gran atractivo, transmiten vitalidad, ganas de vivir. Pero, sin embargo, se distraen con facilidad, no soportan un trabajo rutinario, cambian frecuentemente o dejan de pronto de trabajar buscando una nueva vida. Se reinventan, pero lo hacen constantemente. En las relaciones con el otro sexo la fidelidad no es su fuerte. Son capaces de amar intensamente, pero no soportan la rutina de una pareja estable y, si entran en ella, no se resisten al atractivo de aventuras sexuales paralelas o de probar novedades inéditas con el sexo. Pero también se ven envueltos en frecuentes rupturas afectivas.
Su contrario son los conservadores
Su opuesto son los conservadores. Es otro tipo de personalidad, con el miedo y la inmovilidad por bandera. Estos, por el contrario, se mantienen achantados por temores infundados. Se acomodan, se inclinan por lo establecido, lo esperado… sin embargo, miran con envidia lo que hacen otros, pero no se atreven. Su apertura a nuevas experiencias es escaso o nulo. Son personalidades a las que no les gusta el riesgo, apenas apuestan por cambios, les asustan. Buscan activamente la estabilidad y la tranquilidad, son perfectos funcionarios, con vacaciones siempre programadas y en el mismo sitio todos los años, con amigos de toda la vida; gustan de la tranquilidad de la casa y con rutinas de ocio inalterables. Son capaces de mantener una relación infeliz de pareja por no enfrentarse a un cambio, no se la juegan. Mantienen el mismo trabajo durante años, aun no gustándoles. Necesitan seguridad, aunque fantasean con nuevas vidas, con otras oportunidades, relaciones o trabajos, aunque no muevan un dedo. Viven distrayéndose de grandes novedades e intensos sentimientos que puedan alterarles, no se separan de la tranquilidad.
¿Qué hay detrás de estas personalidades?
¿Qué hay entonces detrás de la búsqueda de un trabajo tras otro, de experiencias nuevas, de cambios y búsqueda de sensaciones constantes, a pesar de los problemas que todo esto puede conllevar en su forma más extrema?. ¿Qué hay realmente detrás del buscador de sensaciones?. El buscador de sensaciones es víctima de la ansiedad y del desasosiego. La sensación fuerte, la actividad, el cambio, son medios, auténticos reguladores para mantener