Probablemente una de las peores experiencias en la vida es haber sufrido ataques de ansiedad o de pánico. No hay que olvidar que la ansiedad o la sensación de pánico son síntomas de una alerta de peligro que, en estos casos, no suele ser real. El cuerpo y todo nuestro ser se siente amenazado, desasosegado, con la inquietud constante de peligros indefinidos, confusos, inexistentes. Es frecuente tener la impresión de que ‘algo malo va a pasar’, aunque no se sepa exactamente el qué. Durante estos periodos son frecuentes los sobresaltos ante cualquier estímulo externo.
Nuestro cuerpo está en alerta, preparado para un peligro que objetivamente no existe y que originariamente proviene de expectativas, pensamientos o sensaciones internas de experiencias vitales previas no siempre conscientes. Dicha ansiedad puede ser puntual y dar lugar a ataques de pánico, o permanecer constante, de forma insidiosa durante largos periodos de tiempo. Los síntomas, además de los psicológicos propios del miedo, son físicos, tales como temblores, opresión en el pecho o en el estómago así como problemas con la alimentación y el sueño, tanto por exceso como por defecto.
¿Qué es el Miedo al miedo?
Quien ha pasado por uno de estos periodos de ansiedad define esta experiencia como el peor momento de su vida, por lo que se ha convertido en muchos casos en traumática.
Dada la indefensión ante estos ataques de ansiedad, en la medida en que no hay nada externo que permita anticiparla, y que proviene de nuestro interior, de ese mundo que desconocemos y que puede sorprendernos en cualquier momento, surge el ‘Miedo al miedo’. Se trata de una fobia caracterizada por el constante temor a volver a caer en el anterior estado de ansiedad o de volver a repetir ataques de pánico. Son frecuentes en este sentido los recuerdos intrusivos, las pesadillas, en donde se revive aquel periodo.
Sin embargo, y aunque el tratamiento seguido en su momento haya sido exitoso y dicha ansiedad haya desaparecido, a veces sigue existiendo un estado de alerta, una auto-vigilancia constante para no volver a recaer, para no repetir tan terrible experiencia. Comienzan a producirse comportamientos de evitación de todo lo que se considere peligroso y que pueda activar la ansiedad y el miedo de nuevo. Y son esta evitación y auto-vigilancia las que crean un nuevo estado de ansiedad. Se ha creado una fobia (que antes no existía) con todos los síntomas que le son propios.
En este sentido, los afectados sienten que la profecía, lo que tanto temían, se ha cumplido; la ansiedad ha vuelto, Sin embargo, ahora dicha ansiedad proviene del temor a que se repita una experiencia ya conocida. Realmente, el Miedo al miedo ya es otro trastorno, no es exactamente la repetición del original. Sin embargo, esta percepción dispara una sensación de indefensión, de desamparo, creando un bucle que se retroalimenta y del que es difícil salir.
¿Cuáles son los síntomas?
Como hemos indicado, el Miedo al miedo es una fobia resultado de haber vivido anteriores experiencias de ansiedad y de pánico. Es un trastorno distinto en donde existe un origen y punto de partida muy definido. Ahora ya no nos encontramos ante una difusa e insidiosa sensación de miedo y ansiedad que no sabemos de donde procede; ahora sabemos que es lo que se teme, que se vuelva a repetir lo anterior.
Por ello, el Miedo al miedo se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Un estado permanente de alerta, de autovigilancia de las propias sensaciones corporales.
- Constante evitación de situaciones, lugares, momentos o personas que se considera que pueden volver a producir ansiedad o miedo.
- Opresión en el pecho o en el estómago.
- Pesadillas y pensamientos recurrentes sobre lo vivido y el temor que vuelva a ocurrir.
- Pensamientos obsesivos constantes sobre situaciones que podrían volver a producir ansiedad.
- Miedo permanente a hacer algo mal que vuelva a disparar la ansiedad.
- Disminución de la líbido así como alteraciones en la alimentación y el sueño, tanto por exceso como por defecto.
- Aislamiento, pérdida de interés en otras actividades, del autocuidado.
- El temor a volverse loco.
Una característica de estos afectados es, como se ha indicado, la constante autovigilancia a sus sensaciones corporales y físicas. Tras aquella experiencia original con la ansiedad, sienten cualquier sensación como un anticipo de su regreso. Puede decirse que el Miedo al miedo convierte casi todo lo que se siente, por normal que sea, en el preludio de un nuevo ataque de pánico o de ansiedad. Esto obliga con estos afectados a tener mucho cuidado en qué se dice y cómo se dice; cualquier información nueva que reciban la pueden tomar como una amenaza y entrar en un bucle obsesivo que deriva en ansiedad.
¿Qué hacer en estos casos?
El Miedo al miedo es habitual tras haber vivido durante mucho tiempo problemas con la ansiedad. En general, es frecuente que, tras el tratamiento exitoso de un problema psicológico, surja el temor a una nueva recaída. Sin embargo, en el caso de la ansiedad, el tema se complica dado que se siente ansiedad por el temor a que vuelva la ansiedad, con lo que seguimos con una ansiedad que no acaba de desaparecer.
Ante todo, es importante tener en cuenta que esta ansiedad o miedo no es más que el resultado de la expectativa o alerta del regreso al estado anterior. Es decir, responde a un origen distinto y, por lo tanto, no es necesariamente un retroceso. Por lo tanto, es importante tratar las secuelas y recuerdos anteriores traumáticos vividos con la ansiedad, así como intentar evitar que el paciente evite las situaciones que teme, a fin de no crear nuevas situaciones fóbicas. Es importante tranquilizar, esta ansiedad no es más que el resultado del recuerdo de lo vivido, no es la misma que su sufrió en otro momento.
José de Sola
DE SALUD PSICÓLOGOS / Psicólogos en Madrid / Psicólogos en Málaga