Mitomanía, bulos y mentiras

Todos mentimos de vez en cuando, forma parte de lo cotidiano. Sin embargo, y para algunas personas, la mitomanía, bulos y mentiras es una forma de vida. Existen diversas razones por las cuales alguien miente, al igual que existen diversos tipos de mentirosos.

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¿Cuántos tipos de mentirosos existen?

Fundamentalmente encontramos tres tipos:

  • Los que utilizan la mentira de forma consciente e intencionada para conseguir algo, aun haciendo daño a otros.
  • Los que tienen por costumbre mentir para protegerse o aparentar.
  • Los mitómanos o personas que mienten compulsivamente, necesitan hacerlo, es una adicción.

a)   Mentir con un fin, para conseguir algo o exhibirse.

Resulta sorprendente la afición de algunas personas a mentir intencionadamente y en crear bulos, a pesar del daño que pueden producir. Diariamente lo observamos en redes sociales y medios de comunicación. Esta actitud es preocupante, principalmente si tenemos en cuenta que una parte de la población da credibilidad a casi todo lo que aparece en los medios y se dedica a compartirlo, aumentando la confusión. Esto son las noticias falsas o ‘fake news‘. Su finalidad es desinformar, asustar, hacer daño, engañar u obtener beneficios políticos, sociales o personales de forma intencionada.

Con toda probabilidad este es el grupo de personas más peligroso. No suelen tener escrúpulos en asustar manipulando fotos o creando noticias falsas, en hundir a alguien profesionalmente o perjudicar a un amigo o conocido a quien envidian. Suelen responder a fines concretos y son conscientes de sus mentiras. Mienten con un fin, pero también para exhibirse, por el narcisismo y placer de ver como sus mentiras circulan y se comparten en las redes sociales, para perjudicar al alguien intencionadamente, crear un estado de alarma social o lograr algún beneficio. Lo podemos observar con facilidad en los entornos laborales, sociales, políticos y en los medios de comunicación, en donde la creación de un bulo forma parte de una estrategia, busca un beneficio, tiene una finalidad concreta.

Son personas con necesidad de ser vistas, de destacar, personalidades psicopáticas, con intereses específicos y, en el fondo, con grandes sentimientos de inferioridad.

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b)   Mentir por protegerse o aparentar.

Aquí nos encontramos con personalidades temerosas e inseguras que han adoptado la mentira en sus vidas como forma de aparentar lo que no son, de protegerse frente a sus sentimientos de inferioridad, de fracaso o falta de autoestima. Este tipo de personas tienen tendencia a mentir para mostrar una imagen concreta de sí mismos o de su entorno, dado que la que tienen la consideran inadecuada, insuficiente, o para evitar reproches reales o imaginados. La mentira es su apoyo vital, un mecanismo de defensa, cuando sienten que no son suficientes o les falta algo en la vida. En ocasiones pueden llegar a ser exhibicionistas mostrándose en las redes sociales, fotografiándose o fotografiando todo lo que hacen con el fin de dar una imagen de felicidad, de éxito o bienestar. Son los grandes apasionados de las redes sociales, dependen de ellas, con un mundo de contactos personales siempre virtual, desde donde crean una vida paralela ficticia de felicidad, éxito o bienestar frente a los demás.

La diferencia con el grupo anterior es que estas personas no tienen un fin específico, no buscan perjudicar, sino aparentar, protegerse a sí mismas de sus supuestas insuficiencias. No mienten para lograr algo del exterior, sino para protegerse, para dar una imagen de la que creen carecer. Son los típicos fanfarrones, a los que todo les va bien y buscan la mirada y admiración de los demás. Incluso son capaces de ocultar durante mucho tiempo un fracaso, como un despido, una quiebra económica o un abandono, tratando de aparentar que su vida es perfecta, que todo va mejor que nunca. No saben pedir ayuda, supondría reconocer su insuficiencia.

Este tipo de personas saben que mienten, son conscientes, incluso en ocasiones involucran a toda una familia en una mentira colectiva frente al exterior. La mentira, aparentar, es su forma de vivir, les surge automáticamente, sin pensarlo, pero sabiendo lo que hacen. En los grados extremos, lo observamos en personalidades narcisistas entre quienes, cuando la mentira no es suficiente o se descubre, aparece la tristeza y la depresión, que es de lo que estaban huyendo.

c)   Mitomanía o pseudología fantástica: mentir por mentir.

En la mentira patológica, mitomanía (término acuñado por Anton Delbrueck) o ‘pseudología fantástica’ encontramos un grado más severo de mentira. Sin llegar a ser un delirio, en estos casos la mentira es una necesidad constante, una actividad compulsiva que prácticamente abarca todos los ámbitos de la vida. El mentir no tiene una intencionalidad concreta y específica, sino que es una actividad involuntaria, automática e inconsciente. Es una necesidad, una compulsión o adicción que se ha convertido en una forma de comportamiento y de relacionarse con los demás, llegándose a la inquietud e indefensión si no se adorna la realidad con mentiras que la hagan más interesante.

En los casos más extremos tenemos la ‘pseudología fantástica’, en donde la persona realmente cree en los acontecimientos ficticios que cuenta, llegando a crearse falsos recuerdos como por ejemplo, actos sobrehumanos y grandiosos de altruismo o de amor fruto de sus propias fantasías.

A pesar de que el mitómano hace todo lo posible por no ser descubierto, cuando esto sucede normalmente obtiene el efecto contrario al deseado: sus conocidos y amistades tienden a rechazarlo y a aislarle. Incluso, sus familiares, que ya le conocen, dejan de tenerle en cuenta a la hora de tomar decisiones y acaban no haciéndole caso. Por el contrario,  si se encuentra en un ambiente en donde dicha conducta es aceptada será mas fácil que se repita, como por ejemplo, entre sus amistades, en donde puede que hasta sean tomadas con gracia.

En general, la mitomanía responde a un perfil de comportamiento compulsivo o adicto, en donde existe una incapacidad de resistirse al impulso de mentir, con ideas intrusivas de nuevas mentiras, así como se observa una disminución de la ansiedad cuando se miente y no se descubre.

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José de Sola
Psicólogo psicoterapeuta en DE SALUD PSICÓLOGOS

 

Publicado en Adicciones, Psicología y salud, Trastornos de personalidad.