Adicción al alcohol

Cuando hablamos de adicción al alcohol tenemos que tener en cuenta también el abuso como comportamiento previo a la adicción o independiente.  El abuso frecuente de alcohol es peligroso en sí mismo, tanto por la salud como por las implicaciones en el entorno (accidentes o interferencias graves en la vida cotidiana).

Sin embargo, la adicción, ya es una enfermedad en la medida en que se pierde la capacidad de control, pudiéndose sacrificar todo lo importante en la vida (trabajo, familia, casa, amigos) en la búsqueda y consumo de alcohol.

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¿Qué tipos de consumidores de alcohol existen?

Existen varios tipos de consumidores de alcohol:

  • Consumidores que utilizan el alcohol para mitigar malestar físico o psicológico, existiendo todavía capacidad de control.
  • Bebedores sociales, ocasionales, que pueden mantener abstinencia y control.
  • Bebedor ya adicto, con pérdida de control de la cantidad cuando consume.
  • Bebedores sociales regulares, dependiente del alcohol, que no puede mantener abstinencia.
  • El bebedor compulsivo, que consume en exceso durante días o semana con episodios de abstinencia muy breves.
¿Cómo aparece la adicción al alcohol o alcoholismo?

Habitualmente el alcoholismo presenta en su evolución diversas fases, desde el abuso a la adicción:

  • Fase pre-alcohólica, en donde se utiliza el alcohol para aliviar estados emocionales displacenteros, aumentando la cantidad de alcohol progresivamente. El organismo se acostumbra y se desarrolla tolerancia.
  • Fase prodrómica, en donde aumenta la necesidad de consumo, se piensa constantemente en beber, se bebe de un trago o a escondidas.
  • Fase crítica, con incapacidad de interrumpir el consumo una vez iniciado, pérdida de control, autoengaños y cambios de humor, viendose afectado el funcionamiento psicológico, familiar o laboral. El alcohol pasa a ser el centro de interés con desatención a otras áreas. Aparecen los primeros síntomas físicos del consumo.
  • Fase crónica, en donde ya aparece el síndrome de abstinencia que hace permanecer al bebedor ebrio casi ininterrumpidamente, con un deterioro severo de la vida personal y social. Hay síntomas orgánicos, pudiéndose llegar en caso de necesidad, a consumir sustitutos baratos del alcohol.
¿Cuáles son las consecuencias del abuso o adicción al alcohol?

El alcohol tiene consecuencias devastadoras, tanto en el plano físico, de salud, como en el entorno:

  • Deterioro orgánico importante (hígado, sistema circulatorio, digestivo, etc) con posibilidad de muerte súbita.
  • Alteraciones psicológicas, como ansiedad, depresión, irritabilidad, cambios de humor, etc.
  • Accidentes de tráfico o en el trabajo.
  • Alteración grave de vida familiar y social.
  • Problemas laborales, a veces con pérdida del trabajo y serios problemas económicos.
  • Consumo progresivo de otras sustancias como cocaína o tabaco, en ocasiones también con la ludopatía o adicciones tecnológicas.

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¿Cuáles son los síntomas de la adicción al alcohol?

Los principales síntomas que nos indican que el alcohol ya es un problema, entre otros, son:

  • Atracones y abusos muy frecuentes de alcohol.
  • Consumo de altas cantidades de alcohol diarias (comidas, cenas, amigos) sin llegar a emborracharse.
  • Beber todos los días al poco de levantarse, en el desayuno.
  • Necesitar beber en solitario, a veces a escondidas.
  • ‘Binge drinking’, o atracones de alcohol periódicamente, cada cierto tiempo.
  • Haber sufrido caídas y haberse dañado, en casa o en la calle, estando ebrio.
  • Haber tenido tenido algún accidente, o problemas legales por el alcohol.
  • Pérdida considerable del apetito, con pérdida de peso.
  • Dificultades de memoria y de concentración.
  • Temblores en las manos, hasta que se consume.
  • Agresividad, pérdida de control en las relaciones personales.
  • Tendencia a confabular y mentir cuando se habla del consumo de alcohol.

EL ‘BINGE DRINKING’,  O ALCOHOLISMO DEL FIN DE SEMANA

Muchos pacientes acuden a nuestra consulta con problemas con el alcohol indicando, sin embargo, que no son alcohólicos. Entre otras razones porque no beben ni necesitan beber todos los días. También porque pueden pasar varios días o semanas sin beber. Igualmente pueden aludir a que no se emborrachan habitualmente. O, lo más habitual, que no necesitan beber a todas horas.

El alcoholismo se manifiesta de muchas formas, como en el caso del ‘Binge Drinking’, o consumo rápido e intensivo en «atracones». Aunque está muy extendido, es especialmente frecuente por debajo de los 34 años de edad, especialmente entre jóvenes y adolescentes. Consiste en consumir de 4 a 5 bebidas en un plazo aproximado de dos horas, llegando a alcanzarse niveles de alcohol en sangre de 0,08 g/dL.  Este tipo de borrachera suele darse en torno a a cuatro veces al mes, principalmente los fines de semana.

Por lo tanto, para ser alcohólico no hace falta beber todos los días, ni emborracharse, ni necesitar del alcohol a todas horas. El alcoholismo se expresa de muchas formas; basta con que se beba desmesuradamente en momentos concretos y específicos, de forma periódica, aunque sea una vez al mes.

Tratamiento de la adicción al alcohol

¿Puede el alcohólico, cuando es adicto, autocontrolarse y dejar de beber?. La respuesta es que habitualmente no. El alcohólico ha perdido su capacidad de control y necesita siempre de ayuda externa. Es una auténtica enfermedad que requiere de atención médica, psiquiátrica y psicológica.

Desde nuestra experiencia como psicólogos, el tratamiento psicológico del alcohol comprende una psicoterapia individual al tiempo que una terapia de grupo, sin perder de vista un imprescindible  seguimiento y tratamiento médico.

El objetivo es el cese total del consumo de alcohol de por vida, aunque en algunas formas de abuso podría considerarse alcanzar un consumo controlado. Hay que tener en cuenta que una vez que se ha desarrollado el ‘circuito de la adicción’ a nivel neurobiológico, ya no desaparece nunca, aunque no se beba. Por eso, son tan fáciles las recaídas aunque se haya estado muchos años sin beber.