Los enfados y ataques de ira o, en su extremo, el Trastorno explosivo intermitente, son problemas que se manifiestan en expresiones de rabia y enfado con comportamientos extremos y radicales, habitualmente desproporcionados a las circunstancias que los producen. La persona que padece este problema no es capaz de controlar los accesos de ira; es como que una parte de sí mismo se apoderara de toda su personalidad, dando lugar a consecuencias desastrosas en el entorno social, laboral o familiar.
Estos ataques de ira nunca son premeditados, son totalmente desproporcionados a las situaciones, reales o imaginadas, en que se produce. Normalmente se desarrolla tensión antes del estallido de ira, con una posterior relajación y sentimientos de culpa.
¿Cuáles son las consecuencias de los ataques de ira?
Las consecuencias de los ataques de ira son las agresiones en donde pueden romperse objetos físicos, producir daños a otras personas o a uno mismo, pudiendo dar lugar también a problemas legales.
En este tipo de problemas es habitual el insomnio y la ansiedad, problemas digestivos o de presión arterial. Suele ser igualmente difícil en estas personas mantener sus relaciones personales y afectivas más cercanas, pudiendo producirse problemas laborales con despidos, rupturas de pareja, pérdida de amistades o problemas legales. En general, los afectados acaban creando un elevado clima de tensión y miedo en su entorno dado que frecuentemente es difícil prever un enfado o agresión.
¿Cuáles son las causas de los problemas de ira?
Las causas de los problemas la ira suelen ser:
- Consumo de alcohol, de drogas o de algunos medicamentos.
- Baja autoestima.
- Celotipia o celos.
- Otros trastornos psicológicos como el trastorno de personalidad límite, trastorno obsesivo o bipolar.
- Historial traumático de maltrato o de humillación, estrés postraumático.
- Vivencias de violencia y agresión familiar.
- Depresión, ansiedad y estrés.
- Alteraciones hormonales, como la menopausia.
- Personalidad impulsiva, descontrol de los impulsos.
- Educación permisiva en donde nunca se han puesto límites claros y suficientes.
¿Cuáles son los síntomas de los ataques de ira?
Los principales síntomas o manifestaciones de estos ataques de ira son:
- Explosiones de ira descontroladas y desproporcionadas a la situación.
- Suspicacia constante, sensación de sentirse burlado o humillado.
- Pueden tener la sensación de que se habla mal a sus espaldas.
- Incapacidad de controlar las manifestaciones de ira, por mucho que se intente.
- Alta sensibilidad, sentirse herido con facilidad.
- Agresiones físicas y verbales, con rotura de objetos.
- A veces, olvidos o pérdida de memoria posterior de lo sucedido en un ataque de ira con agresión.
- Puede darse una desorientación temporal en espacio y tiempo tras un ataque de ira.
Francisco acudió a nuestra consulta debido a su largo historial de discusiones con su mujer. Dichas discusiones eran siempre violentas, pero en la última había roto una mesa de un puñetazo. Ella ya había iniciado los trámites de separación (no podía más) cuando él acude a nuestra consulta como último recurso.
Francisco nos cuenta que reconoce lo desproporcionado de sus ataques de ira, que aunque lo intente, no logra controlarlos; en ocasiones hasta olvida lo sucedido tras una discusión con violencia, lo que añade perplejidad a su situación. Dado lo avanzado del proceso de separación, y la necesidad de detener estos accesos de ira lo antes posible, simultáneamente con la psicoterapia desde nuestro servicio de asesoramiento y atención médica se le prescribe una medicación de ayuda que hace su efecto inmediatamente deteniendo el proceso de ruptura de la pareja.
El análisis psicológico de Francisco y de la situación durante la psicoterapia desvela un largo historial de humillaciones con su padre y tío en el que le queda un sentimiento de inutilidad unido a una ira y rabia nunca expresadas. Su mujer, de carácter fuerte, tenía la capacidad de, con sus comentarios duros, activar sus sentimientos de inutilidad así como toda la rabia guardada. Así, Francisco en cada discusión revivía automáticamente los viejos recuerdos y humillaciones apareciendo fuera de tiempo y lugar el rencor de tantos años.
Puedes ver en nuestro Blog la entrada La ira, el enfado incontrolado.
Tratamiento psicológico de los ataques de ira
El tratamiento psicológico para los ataques de ira, o en su extremo, el trastorno explosivo intermitente, conlleva una psicoterapia individual que identifique el foco de las emociones que producen la agresividad, junto con la utilización de técnicas como el EMDR, el EFT, la Integración del Ciclo Vital (ICV), el brainspotting, la hipnosis clínica o la autohipnosis.
Desde nuestra experiencia como psicólogos en Málaga, siempre hay disparadores concretos que es importante detectar en la medida en que anteceden a las explosiones de ira. En otros casos, también habría que analizar el consumo de alcohol, de drogas o de algunos medicamentos que podrían actuar como desinhibidores. Sin embargo, si el descontrol de la ira es el resultado de otras patologías como el trastorno de personalidad límite, trastorno obsesivo o el bipolar, el objetivo primario de la terapia serían dichos trastornos.