Cuando la ansiedad es elevada y se convierte en crónica, podemos tener problemas de concentración y de memoria. Concretamente, la falta de concentración es un trastorno en la capacidad de atención que impide la realización de las tareas más cotidianas, tales como escuchar en una conversación, leer, ver una película, estudiar o llevar a cabo otro tipo de actividad. Normalmente es un problema transitorio, en donde la ansiedad o la desmotivación tienen gran importancia. En ocasiones este déficit de atención se relaciona con caracteres hiperactivos o impulsivos.
La falta de concentración está muy unida a los problemas de memoria en la medida en que no sólo resulta difícil intentar recordar sino también retener la información del momento.
¿Cuáles son las causas de los problemas de memoria y concentración?
Teniendo en cuenta que estamos hablando en todo momento sólo de los problemas de memoria y concentración cuya base es la ansiedad, las causas específicas más habituales suelen ser:
- Ansiedad o depresión.
- Miedos.
- Disgustos o traumas.
- Apatía y desmotivación.
- Consumo de drogas o alcohol.
- Consumo continuado de fármacos tranquilizantes.
- Carácter impulsivo, impaciente.
- Falta de sueño.
- Estrés laboral o personal.
- Cansancio.
- Trastornos de personalidad.
¿Cuáles son los síntomas de los problemas de memoria y concentración?
Suelen ser habituales como síntomas de los problemas de concentración y de memoria que hacen que se tenga dificultad para concentrarse son los siguientes:
- Olvido de las cosas más inmediatas y cotidianas.
- No se recuerdan los nombres de cosas o personas conocidas en un primer momento.
- Incapacidad de de realizar una tarea durante un tiempo prolongado.
- Me cuesta concentrarme y se me olvidan las cosas.
- Cuesta seguir una lectura.
- Sentirse distraído cuando alguien le habla.
- Despistarse fácilmente con cualquier cosa.
- Tardar demasiado tiempo en acabar cualquier tarea.
- Parecer que continuamente se está soñando despierto.
- Cuesta concentrarse incluso en una actividad placentera.
Las benzodiazepinas, más habitualmente llamadas ‘tranquilizantes’, actualmente se prescriben con una frecuencia mayor de la necesaria; en vez de considerarse un recurso de ‘rescate’, es decir, para momentos de elevada ansiedad, con frecuencia encontramos en nuestra consulta pacientes con pérdidas de memoria y de concentración provenientes de tratamientos excesivamente prolongados en el tiempo con este tipo de fármacos.
Los tranquilizantes en general deberían ser solo una ayuda en momentos puntuales o en breves periodos de tiempo. No curan, solo ayudan a disminuir la ansiedad mientras se toman. Sin embargo, además de los problemas de dependencia y de tolerancia (o pérdida progresiva de su eficacia con necesidad de aumentar las dosis para mantener el efecto), cuando el tratamiento prescrito es largo en el tiempo aparecen problemas de memoria y de concentración habitualmente atribuibles a un elevado y prolongado consumo. El problema se soluciona con la interrupción del tratamiento o disminución de las dosis.
Tratamiento psicológico para los problemas de falta de atención
Excluyendo los problemas de memoria y concentración con base neurológica, el tratamiento psicológico es muy variado, según su causa u origen. Habitualmente, cuando son circunstancias externas como el abuso de tranquilizantes, drogas, alcohol, estimulantes, falta de sueño, problemas o momentos difíciles, basta con actuar sobre ellas para modificar el problema.
Como psicólogos de Madrid consideramos que cuando son internas las causas, como en el caso del miedo, estrés, ansiedad, desmotivación o depresión, es necesaria una psicoterapia breve o de larga duración, según el caso.
Como psicólogos utilizamos al mismo tiempo la hipnosis, autohipnosis o la relajación. Ante un temor concreto que impide la concentración, es útil el EMDR o el brainspotting, junto con la propia psicoterapia.