El perfeccionismo consiste en la convicción de que se debe vivir conforme a la perfección. Se actúa buscando siempre lo ideal, lo perfecto.
El perfeccionismo puede ser un gran inductor en la consecución de logros personales. El problema es cuando se desarrolla la convicción de que no alcanzar la perfección equivale a un fracaso personal. Este es el perfeccionismo patológico, expresándose desde los objetivos más elevados hasta en los detalles y tareas más simples. El nivel de tensión o ansiedad es siempre elevado, dado que cualquier tarea, por simple que sea, es un reto.
¿Qué consecuencias tiene el perfeccionismo?
El perfeccionismo patológico produce un gran daño. Puede manifestarse mediante procrastinación, cuando se expresa como medio de posponer tareas, y autodesprecio, cuando se usa para disculpar un mal rendimiento o para procurar comprensión, atención y cariño de otras personas. En el ámbito laboral, a menudo acaba en baja productividad, dado que se pierde tiempo en detalles sin importancia. Igualmente, para intentar alcanzar algunos objetivos, a menudo se sacrifican actividades sociales y familiares importantes.
En general, puede producir depresión, ansiedad, y rechazo del entorno. También se relaciona con el TOC.
¿Cuáles son los síntomas del perfeccionismo?
Los principales síntomas del perfeccionismo son:
- Procrastinación.
- Miedo al fracaso.
- Pensamiento extremo de ‘todo o nada’.
- Parálisis ante cualquier tarea, por simple que sea.
- Ansiedad.
- Baja autoestima.
- Depresión.
- Problemas en relaciones personales, laborales y familiares.
- Pesimismo.
- Insatisfacción vital.
- Evitar situaciones en las que no se esta ‘seguro’ dejando entrevistas de trabajo, nuevas relaciones o exámenes.
- Exceso de dedicación con bajo rendimiento.
- Comparación constante con los demás.
El perfeccionismo, cuando es obsesivo, no es más que un intento de superar el miedo y la inseguridad resultado de una baja autoestima. Existe un constante temor a no dar la talla, a fracasar, a ser rechazado o despedido en el trabajo, a quedar por debajo de lo que se cree que se espera de uno. Esto lleva a dudas constantes, a una obsesiva labor de revisión de las tareas realizadas, con cambios y modificaciones frecuentes, sin llegar a estar nunca satisfecho. Lógicamente, al final se producen bloqueos que conllevan a problemas reales de rendimiento.
Pero en donde es más dramático el efecto del perfeccionismo es en la toma de decisiones. A estos pacientes les cuesta muchísimo tomar una decisión, incluso las más simples, produciéndose auténticos colapsos y bloqueos con una gran carga de ansiedad y depresión. Al final pueden abandonarse tareas, entrevistas de trabajo o exámenes importantes con tal de evitar el riesgo de un posible fracaso.
¿Cuáles son las causas y tratamiento psicológico del perfeccionismo?
Normalmente, en nuestra consulta de psicólogos, hemos observado frecuentemente que el origen suele ser familiar, basado en una educación rígida sin grandes apoyos afectivos.
Habitualmente, existen grandes figuras de autoridad en la vida de una personalidad perfeccionista, en donde se ha educado bajo la importancia y peso del éxito y del fracaso. También una baja autoestima, como compensación, puede dar lugar a una personalidad perfeccionista.
Cuando este rasgo de personalidad es problemático y hace difícil la vida cotidiana, es necesario un tratamiento con una psicoterapia individual, con la ayuda de técnicas como la hipnosis clínica, el EMDR o el brainspotting. A veces, y en los casos más graves, es imprescindible también un tratamiento médico complementario simultáneo a la psicoterapia.