Las familias reconstituidas o ensambladas, las componen parejas en donde uno o los dos miembros tienen hijos de otra relación anterior, constituyéndose como una nueva familia.
No son relaciones fáciles dado que existen sistemas familiares previos, cuyos representantes son los hijos, unidos en una nueva familia. Este tipo de relaciones son vulnerables a los celos de los hijos al ver a sus padres con otra pareja, los problemas o enfrentamientos entre los propios hijos, la intromisión de las familias externas o los celos y agresividad de las ex-parejas correspondientes.
¿Cómo deben ser las parejas reconstituidas?
Es un gesto muy valiente crear una familia reconstituida dado que los potenciales problemas son muchos y se requiere de un esfuerzo importante de adaptación por ambas partes.
Lo más relevante es la unión, por encima de los respectivos hijos, familias e influencias externas, entre los dos miembros de la nueva pareja. Esto tiene que ser lo más importante. Sólo así la pareja ofrecerá un paraguas de seguridad, cariño, igualdad y de protección a todos los miembros de la familia.
¿Cuáles son los problemas habituales de las parejas reconstituidas?
- Los hijos no acepten a los nuevos padres, sientan celos y miedo al abandono.
- Las familias previas siguen presentes a través de los hijos.
- Los ex-cónyuges sientan celos o agresividad e intenten inmiscuirse y perjudicar la relación a través de los hijos.
- Los hijos de ambas parejas no se acepten.
- Uno de los cónyuges se sienta en un papel secundario ante los hijos de su pareja.
- La definición de los roles de padre, educación y reparto de tareas y responsabilidades.
- Diferencias de trato con los propios hijos o los de la pareja.
- Reparto de gastos y economía familiar.
Las familias reconstituidas cada vez son más frecuentes en nuestra sociedad. Están compuestas por una pareja en la que uno o ambos miembros aportan hijos de una anterior relación por causas diversas, como el fallecimiento de uno de los cónyuges o un divorcio. Pero en realidad son dos sistemas que se unen, dos sistemas con tradiciones, costumbres, historia y expectativas distintas, lo que hace nada fácil su integración. La posibilidad de choques es alta dada la influencia de los respectivos hijos así como de las familias extensas, actuales y anteriores de la pareja. A todo esto hay que añadir la posibilidad, bastante habitual, de un ex-cónyuge celoso o herido que trata de influir y minar la nueva relación a través de los respectivos hijos.
Una familia reconstituida o ensamblada representa un largo proceso de adaptación a una nueva convivencia con importantes cambios y desafíos para todos los miembros, y en donde la pareja deberá asumir decisiones habitualmente de una mayor complejidad que en las familias tradicionales.
Tratamiento psicológico de los problemas en las parejas reconstituidas
El tratamiento psicológico de los problemas en las parejas reconstituidas pasa necesariamente por una terapia de pareja. Dado que los hijos son una parte esencial y de la que depende en muchos sentidos la estabilidad de la pareja, suele ser necesario, cuando hay problemas importantes, combinar también el tratamiento con una terapia de familia.
Lo más importante en los problemas de parejas reconstituidas, desde nuestra experiencia como psicólogos, es afianzar la unidad de la pareja, haciendo que ambos cónyuges sepan entenderse y apoyarse en sus necesidades. Si la pareja se mantiene sólida y unida frente al entorno, el resto de los problemas serán siempre menores. La pareja es lo primero, y eso debe transmitirse tanto a los hijos como al exterior.