La impotencia masculina y la frigidez femenina son problemas sexuales realmente frecuentes. La impotencia sexual masculina o disfunción eréctil, es la incapacidad persistente lograr o mantener una erección que permita una relación sexual satisfactoria.
Muchos hombres han tenido en algún momento de su vida impotencia o disfunción eréctil, debido a problemas de estrés, ansiedad, cansancio, consumo de algún medicamento, alcohol o drogas. Sin embargo, la falta de deseo puede también conducir a una impotencia o disfunción eréctil.
¿Cuáles son los síntomas y tipos de impotencia o disfunción eréctil?
Dentro de la impotencia o disfunción eréctil, encontramos la:
- Imposibilidad absoluta de erección y de penetración.
- Erecciones débiles que dificultan la penetración.
- Pérdida de la erección durante la penetración.
- Erecciones breves que a veces no duran lo suficiente.
Todo hombre, especialmente a partir de los 40 años, puede haber experimentado cualquiera de estos síntomas, sin que sean por necesidad irreversibles
¿Qué es y en qué consiste la frigidez sexual femenina?
La frigidez es un tipo de impotencial sexual femenina que se caracteriza por la falta de deseo, o anafrodisia y de excitación sexual con dificultades para alcanzar el orgasmo.
Realmente el término de ‘frigidez’ es muy antiguo y conlleva connotaciones a veces peyorativas, por eso el uso del término cada día es más escaso. Sin embargo, y al igual que la impotencia sexual masculina, la frigidez femenina puede conducir a problemas importantes dentro de la pareja.
¿Cuáles son las causas de la impotencia y de la frigidez?
Las principales causas de la impotencia masculina y de la frigidez femenina son:
- Abuso de tabaco, alcohol, drogas, medicamentos como ansiolíticos, antidepresivos, antihipertensivos, o tratamientos de enfermedades cardiacas.
- Enfermedades físicas (vasculares, neurológicas, hormonales, etc).
- Depresión.
- Estrés y ansiedad.
- Problemas de pareja.
- Cansancio.
- Falta de sueño.
- Baja autoestima.
- Experiencias traumáticas.
- Problemas laborales o familiares.
Miguel Angel desde hace varios meses tiene problemas de disfunción eréctil con su pareja. Hace poco que está con ella. Siempre ha sido muy activo sexualmente, habiendo mantenido constantes relaciones esporádicas durante mucho tiempo con muchas chicas. Sus expectativas y las de ella son muy altas. Sin embargo, una baja autoestima que durante mucho tiempo ha tratado de ocultarse a sí mismo, recientemente le produjo temores sobre su capacidad de mantener de forma constante y satisfactoria relaciones con la misma pareja, en donde sentía que había mucho más en juego que en sus anteriores aventuras temporales.
Marisa no encuentra satisfacción en el sexo, no consigue llegar a un orgasmo y apenas siente placer. Siente que está como ‘bloqueada’. Desea con todas sus ganas agradar y satisfacer a su pareja pero teme no gustarle, decepcionarle. Siente miedo cada vez que inician un acercamiento sexual; en su mente aparecen en esos momentos fantasías de fracaso, de decepción por parte de él. La tensión es tan fuerte que no logra relajarse, lo suficiente como para que el contacto sexual sea satisfactorio.
Tratamiento psicológico de la impotencia y de la frigidez
Además del tratamiento médico, el tratamiento psicológico de los problemas de disfunción eréctil y de la frigidez se basan en el control y cambio de creencias, manejo de la ansiedad y el temor, vigilancia de los hábitos diarios, autoestima y problemas en la relación.
Para ello, y según el caso, desde nuestra experiencia como psicólogos, consideramos de utilidad la psicoterapia breve o de larga duración, según el caso, así como la terapia de pareja. Adicionalmente, técnicas como el EMDR, brainspotting, visualizaciones e hipnosis clínica son de gran utilidad durante el proceso terapéutico.