El Trastorno antisocial o psicopático, es un comportamiento caracterizado por agresividad, violencia y desprecio a los demás en todos los sentidos, y en donde el engaño y la manipulación son características habituales. Este comportamiento refleja un importante distanciamiento e indiferencia frente a las leyes y normas sociales que suelen transgredir de forma continuada. Son personas agresivas e impulsivas, con poca capacidad de premeditación, sin empatía ni sentimientos de culpa.
El Trastorno antisocial comienza en la infancia o principios de la adolescencia y continúa en la edad adulta.
¿Cuáles son consecuencias más habituales del Trastorno antisocial?
Las consecuencias del Trastorno antisocial son claramente legales y sociales. Nos encontramos con personas con poca capacidad de pensar en los demás, con una gran impulsividad, y escasos sentimientos de culpa. Suele ser habitual encontrar este tipo de problema en presos carcelarios o personas que suelen tener enfrentamientos con los demás. Sin embargo se extiende mucho más allá, pudiendo observarse en cualquier momento y circunstancia de la vida cotidiana, en ambientes laborales, familiares y sociales en general. Dependiendo de la gravedad e intensidad, las consecuencias irán de simples incidentes a auténticos problemas legales. Suele existir abuso de drogas y alcohol.
¿Cuáles son las manifestaciones del Trastorno antisocial?
Las principales manifestaciones del Trastorno Antisocial o Psicopático son:
- Impulsividad, con falta de premeditación en las conductas.
- Ausencia de empatía y sentimientos de culpa.
- Inadaptación y transgresión de las normas sociales, y de convivencia en general.
- Engaño y manipulación para obtener beneficios personales.
- Irritabilidad y agresividad que, en algunos casos, pueden llevar al maltrato físico o psicológico.
- Despreocupación por la propia seguridad y la de los demás.
- Arrogantes, creídos de sí mismos, y ajenos a los derechos y sentimientos de otros.
- Frialdad, distanciamiento emocional.
Hay muchas películas en donde se nos muestra a psicópatas o sociópatas; es decir, a personas capaces de actuar fríamente en busca de sus propios objetivos sin afectarles lo más mínimo el daño y sufrimiento que hacen a los demás. Y es que esta es una de las características principales de este trastorno: La ausencia de culpa y falta de empatía con el entorno.
Sin necesidad de llegar a casos tan extremos como los que hemos visto u oído en los medios de comunicación, este trastorno se manifiesta en la vida cotidiana de muchas formas: En ambientes laborales, sociales, de pareja, académicos o, incluso, familiares, como personas frías, con pocos escrúpulos, agresivas y con poca o ninguna capacidad de entender los sentimientos de otras personas. Por su naturaleza es fácil que este trastorno pueda llegar a producir transgresiones en las normas sociales de convivencia, con los consiguientes problemas legales.
Tratamiento psicológico del Trastorno antisocial
El tratamiento psicológico del Trastorno antisocial es difícil en la medida en que nos encontramos con personas con ausencia de sentimientos de culpabilidad y responsabilidad, lo que hace realmente difícil que acudan por iniciativa propia a psicoterapia. Suele ser habitual que lo hagan presionados por amigos o familiares, tras algún incidente o problema serio, o derivados por la propia justicia. En casos no muy graves, una ansiedad, depresión, o consumo de alcohol o drogas, es el precipitante que les puede llevar a buscar tratamiento psicológico.
En estas situaciones el tratamiento se basa siempre en una psicoterapia individual prolongada que permita resolver el origen de este distanciamiento, agresividad y ausencia de sensibilidad ante el entorno. Desde nuestra experiencia como psicólogos, es frecuente encontrar en estos pacientes un historial de maltrato o frialdad familiar con sistemas de apego parental muy desorganizados.