En los últimos años se ha popularizado y extendido en exceso el uso del término ‘bipolar’ para designar a aquellas personas que muestran cambios de opinión o de humor no aceptados o comprensibles para los demás. A veces incluso se utiliza de forma despectiva para reprobar cambios que no gustan o que no resultan comprensibles.
Realmente un trastorno bipolar real es algo muy serio y peligroso que no es tan fácil encontrar en la vida cotidiana. El cambio de humor o de estado de ánimo pueden también relacionarse con la inestabilidad emocional sin que esto tenga que ver con la bipolaridad.
Un trastorno bipolar de verdad se manifiesta en cambios muy drásticos y peligrosos del estado de ánimo, pudiéndose pasar de una alegría loca, desmesurada y descontrolada, a serios intentos de suicidio o a un aislamiento e inactividad drásticas. Además puede acompañarse de ideas delirantes con percepciones gravemente distorsionadas de la realidad, así como comportamientos peligrosos para uno mismo y para otros.
Como puede apreciarse, esto nada tiene que ver a lo que suele expresarse coloquialmente como bipolar. El problema es que el uso de este término psiquiátrico se ha extendido hasta tal punto también en contextos sanitarios que en ocasiones ha dado lugar a diagnósticos y prescripciones farmacológicas inadecuadas. Por lo tanto, cambiar de humor o de opinión con facilidad o rapidez no es necesariamente un síntoma de bipolaridad sino frecuentemente de nuestra propia naturaleza humana.
José de Sola Gutiérrez
Psicólogo psicoterapeuta en DE SALUD PSICÓLOGOS