El Miedo a volverse loco

Cuando se sufre ansiedad y angustia de forma continuada, incluso si se han vivido ataques de pánico, es frecuente sentir permanentemente que algo malo puede suceder. Dicha expectativa retroalimenta la ansiedad, aumenta la vigilancia sobre nosotros mismos y sobre el entorno a la espera de alguna desgracia. A partir de ahí, se comienza a sentir miedo de sufrir una enfermedad terrible, de un acontecimiento catastrófico como la pérdida de alguien, de un trabajo, o un accidente, entre otros.

Sin embargo, uno de los síntomas más frecuentes es el temor a volverse loco, que Viktor Frankl, célebre psiquiatra y neurólogo, llamó en su momento ‘psicotofobia’; es decir, la fobia a padecer una psicosis, una locura.

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¿En qué consiste el miedo a volverse loco?

Como psicólogos hemos observado en nuestra consulta que el miedo a volverse loco aparece como una sensación indefinida de estar perdiendo la razón, o del temor a que lo que se siente sea el anticipo de la locura. En la base se encuentra una incapacidad de explicación, de comprender lo sentido. La ansiedad y el miedo que produce se retroalimenta sobre sí mismo generando más ansiedad y, por tanto, más miedo a la psicosis, siendo las manifestaciones más habituales:

  • Hipervigilancia, comprobación o chequeo constante de las propias sensaciones, casi como tratando de encontrar evidencias de que la locura está próxima.
  • Gran ansiedad y angustia, pudiendo llegar a producirse en ocasiones ataques de pánico.
  • Miedo al desastre vital personal que supondría volverse loco.
  • Consultas constantes por internet, foros o blogs, lo que no hace más que agravar la ansiedad. Se consulta, se mira, se pregunta y se vuelve a consultar sufriendo más ansiedad tras cada búsqueda, casi como intentado confirmar los temores.
  • Aumento constante de la ansiedad, sin aparente justificación y no poder hacer nada para detenerla, lo que aumenta la sensación de que algo malo está sucediendo.
  • Parestesias o sensaciones táctiles, como hormigueos, picores, pérdida de sensibilidad en las extremidades debidas a la ansiedad.
  • Despersonalización o desrealización, es decir, sentirse extraño, diferente o ajeno al propio cuerpo, sentir el mundo y todo alrededor irreal, como si fuese una película.

Y es que la ansiedad, en grados muy elevados, es capaz de producir multitud de síntomas físicos que asustan y confunden.

En muchos casos el miedo a volverse loco también se asocia a perder el control, a no ser dueño de uno mismo. Este temor es especialmente frecuente en las fobias de impulsión, donde se teme dañar a los seres más queridos o de hacer una ‘locura’.

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¿Realmente el miedo a volverse loco puede hacerse realidad?

En general, en nuestra consulta psicológica, hemos podido constatar que este temor se manifiesta en los momentos de mayor tensión, de mayor ansiedad, no suele ser continuado. Es un sentimiento hipocondriaco y obsesivo, como el miedo constante a tener una grave enfermedad o a sufrir un ataque al corazón. Es el resultado de la ansiedad que acaba proyectando temores en lo que más se teme o aprecia, el daño a uno mismo o a los seres más queridos.

Por lo tanto, una cosa es el miedo a volverse loco, y otra cosa enloquecer de verdad, desarrollar una psicosis. Volverse loco es realmente difícil, sus causas son otras ajenas a este tipo de miedo. Es decir, no por mucho que se tema la locura vamos a caer en ella. Por la misma razón no por mucho que temamos tener un cáncer lo vamos a tener.

Por lo tanto, hay que considerar el miedo a volverse loco como un miedo, nada más.

¿Cómo se puede frenar el miedo a volverse loco?

Estos temores habitualmente escapan a nuestro control y, sin darnos cuenta, los incrementamos nosotros mismos con la ansiedad que nos producen, con la expectativa de que pueden volver a producirse, con lo que nos encontramos con un círculo vicioso del que es difícil salir. Es complicado no temer un nuevo ataque de pánico cuando se ha tenido, al igual que resulta también complicado no temer a la ansiedad cuando se ha sufrido intensamente con anterioridad.

Así pues, la expectativa de que se vuelva a repetir aumenta dicha ansiedad pudiendo provocar de nuevos ataques de pánico y ansiedad, en un remolino dentro del cual a veces se acaba pensando en lo peor, como el miedo a morir, a volverse loco, o a tener una grave enfermedad.

Lo más habitual en estos casos es evitar, huir de cualquier situación o momento que nos lo pueda producir. Intentamos no pensar en determinadas cosas, no ver determinados contenidos, impedir que nos hablen de determinados temas. Y ahí está el error: cuanto más evitamos, más nos acecha el miedo y la ansiedad de expectativa. El miedo nunca desaparecerá evitándolo. Por lo tanto, y aunque es duro, hay que evitar evitar. El miedo solo desaparece cuando lo afrontamos, cuando le plantamos cara, cuando incluso lo provocamos. Esta es la forma de romper ese círculo vicioso en el que la evitación de ansiedad la retroalimenta.

Un consejo: si temes volverte loco, prueba a decirte a ti mismo: ‘Voy a intentar volverme loco de verdad, voy a hacer todo lo que esté en mis manos para volverme loco’. A ver si lo consigues, ya verás como no. Te acabarás cansando y desaparecerá el miedo. Y es que para resolver un problema hay que pasar por en medio, no rodearlo.

¿Qué es lo que nunca debemos hacer?

Los psicólogos estamos con frecuencia acostumbrados a observar una serie de errores típicos con ésta y otras dificultades psicológicas en nuestros pacientes. Dichos comportamientos en vez de ayudar producen más miedo y ansiedad, empeoran el problema. Los más habituales son:

  • Búsquedas incesantes por internet intentando encontrar una explicación de lo que nos sucede. Todos sabemos que en internet podemos encontrar de todo, sin filtrar, sin un criterio de lo correcto o incorrecto.
  • Consultas en blogs o grupos de ‘afectados’. Aún siendo ciertas las experiencias que leamos, hay que tener en cuenta que tu caso no tiene por qué ser igual al de otros, que la gente cuenta lo que quiere y como quiere, además de que detrás de algunos de estos blogs existe un interés comercial en vender determinados productos mirelacionados con el problema.
  • Indagar en manuales de psicopatología o de trastornos psicológicos. Sin una formación específica, esto es muy peligroso dado que nos podemos confundir y asustar sin necesidad.

Lo más prudente si sufres mucha ansiedad y estás lleno de temores, es que acudas a un buen servicio médico y/o psicológico para recibir un tratamiento ajustado a tu realidad.

 

José de Sola
DE SALUD PSICÓLOGOSPsicólogos en Madrid / Psicólogos en Málaga

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Publicado en Psicología y salud.