Algunas personas, cuando se encuentran bajo estrés, ansiedad o con sensación de vacío, suelen comprar cosas como forma de equilibrarse, de aliviar su malestar. De hecho, en algunas ocasiones, dicho malestar es constante, crónico, lo que hace que la compulsión de comprar sea frecuente y periódica. Lo curioso de todo esto es que lo más habitual es que lo que se compra no es siempre necesario. Se pueden llenar armarios de artículos y productos comprados que no se utilizan, que no se necesitan.
El principal problema de este comportamiento es el enorme coste económico que supone, llevando en ocasiones a deudas impagables. ¿Te ha pasado alguna vez?.
¿Por qué se produce la adicción a las compras?
Desde nuestra experiencia como psicólogos, investigadores en el campo de las adicciones comportamentales, sabemos que una adicción conlleva una compulsión de actos repetitivos (comprar, jugar con videojuegos, tener sexo constante, beber alcohol o consumir drogas, entre otros) que habitualmente perjudican la salud, las relaciones personales, familiares o laborales o la propia economía (como en el caso del juego patológico o ludopatía). Lo llamativo de estos comportamientos es que, aún sabiendo su efecto dañino, no se pueden controlar, y cuando se fuerza dicho control se produce ansiedad o irritabilidad. A esto se le ha llamado ‘Síndrome de abstinencia’, y a la necesidad de volver a llevar a cabo dichos comportamientos para lograr el equilibrio y la tranquilidad, se le denomina ‘Dependencia’.
Por lo tanto, cuando un comportamiento tiene por finalidad lograr tranquilidad y equilibrio personal y se convierte en repetitivo y prioritario a otros aspectos de la vida cotidiana, decimos que es una adicción. Y sabemos que comprar compulsivamente es una adicción comportamental como otras, en la medida en que tiende a tranquilizar momentáneamente y restablecer un equilibrio personal.
Esta adicción, como otras, se incrementó notablemente durante el confinamiento por la pandemia del COVID. Y tiene todo el sentido del mundo, en la medida en que los niveles de ansiedad, depresión e inquietud durante este periodo fueron elevados e intolerables para muchas personas. Además, lo más peligroso de la adicción a las compras es que ya no hace falta ‘irse de compras’ físicamente hablando, sino que actualmente la forma más fácil de comprar es online, mediante tarjetas que hacen que este comportamiento impulsivo sea más rápido e irreflexivo, con fuertes endeudamientos posteriores.
¿Cómo se manifiesta la adicción a las compras?
En términos generales la adicción a las compras se manifiesta en la necesidad compulsiva de comprar, aunque no sea estrictamente necesario lo que se compra. Surge principalmente en momentos de ansiedad, estrés, desasosiego o vacío personal. como forma de calmar estos síntomas. Pero también puede aparecer en momentos de alegría o euforia, como medio de encauzar estos estados emocionales.
Por lo tanto, si estos síntomas son frecuentes tendremos una conducta habitual de compra impulsiva que se expresa en:
- Ansiedad en centros y zonas comerciales con necesidad de hacer alguna compra.
- Intrusión de pensamientos que incitan a comprar.
- Navegación constante por Internet y compras rápidas online.
- Conducta impulsiva, sin premeditación ni reflexión sobre lo que se hace.
- Pueden aparecer resistencias a comprar, pero con mucha dificultad de autocontrol.
- Una vez realizada la compra, se produce gran satisfacción con una liberación temporal de la tensión, pero pasados unos momento aparecen sentimientos de culpa y remordimientos.
- Mentiras y ocultación de lo comprado o gastado.
- Tensión y ansiedad así como irritabilidad cuando no se puede comprar.
- Deudas y problemas económicos importantes.
- Reducción del interés en otros aspectos de vida que no sean las compras.
- Problemas familiares, sociales, laborales o legales.
Suele ocurrir que con cierta frecuencia la adicción a las compras convive al mismo tiempo con otro tipo de adicciones, como al alcohol, cocaína, juego, o sexo, entre otras. Todas responden a una misma necesidad, la adaptación y regulación de estados emocionales disfóricos o excesivos.
¿Cuándo hay que tratar la adicción a las compras?
Es necesario buscar ayuda psicológica y médica fundamentalmente cuando han surgido problemas importantes, tales como interferencias en la vida familiar, de pareja, en el trabajo o serios problemas económicos. Uno de los síntomas más llamativos es la imposibilidad de control, el buscar momentos a escondidas para comprar, el ocultar lo comprado, el mentir, o fuertes endeudamientos a veces con imposibilidad de pago que pueden llevar a problemas legales.
Es obvio que el desarrollo y progresión de los sistemas de compra online han favorecido este problema. Ya no hace falta irse a la calle a comprar, ahora es mucho más fácil, accesible, rápido y peligroso.
¿Influye la publicidad en la adición a comprar?
A todo esto se une el efecto de las promesas publicitarias publicitarias en algunas personas. Sabemos que, cuanto más inquietos e insatisfechos estamos con nosotros y con nuestra vida, mayor es la tendencia a comprar marcas caras o productos que realmente no necesitamos buscando mayor bienestar. A esto se le llama ‘materialismo’ y ‘hedonismo’.
En este sentido la publicidad juega un papel importante en la medida en que incide en la obtención de felicidad y placer mediante la compra de productos o servicios. Y en esta búsqueda de la felicidad, el comprar para muchas personas es un medio para lograrlo, avalado por promesas publicitarias de una vida más feliz, de mayor éxito o más satisfactoria. No olvidemos, en este sentido, el peso e influencia que tienen los medios de comunicación sobre algunos colectivos de la población.
¿Qué puedes hacer si tienes adicción a las compras?
Ante todo ser consciente de que tienes un problema. Si sientes que compras en exceso, que gastas mucho dinero en cosas que no son absolutamente necesarias, que cuando notas inquietud y ansiedad te mueve un deseo de comprar que no puedes controlar, o que has tenido problemas económicos, es necesario que acudas a un buen psicólogo.
No obstante, es bueno que primero pruebes a controlar tu ansiedad e inquietud de otra forma. No olvides que la conducta de comprar suele ser muy impulsiva, es decir, no premeditada, lo que explica el posterior sentimiento de culpa. Es muy probable que si logras frenar dicho impulso unos minutos haciendo otras cosas, te ahorres una compra no deseada o que no puedes pagar.
No pierdas de vista que el comprar para ti es una forma de calmar un desasosiego interno tuyo, no una necesidad real.
José de Sola
DE SALUD PSICÓLOGOS / Psicólogos en Madrid / Psicólogos en Málaga